Flores fritas de sauco (Gebackene Hollerstängel) porque no se llora con la boca llena

En el calor de mayo

(una instantánea)

A la promoción de 1983

Con ese alborozo meditado
en las noches previas, porque
las cosas nunca son
lo que parecen y los rostros
tienden a desvanecerse, tan tercos,
tan escurridizos como la lluvia
en el desierto o vestirse de verde maleza.
Después, sin embargo, ya todo
era más sencillo, era librar
los sentimientos, dejarlos que vuelen
en el patio escolar,
hacer con ellos barcos de papel
para ese río próximo.
Llegaban todos,
con la insistencia del calor
en mayo, tan obstinadamente
vivos como el agua y el fuego.
Y era imposible
no quererlos, uno a uno,
tan numéricamente
cordiales, aves tan
de altanería
como tocar el cielo
y regresar luego a la tierra.

VICENTE ARAGUAS
Majadahonda, días de mayo de 2014
Ya hace más de un mes de ese día de mayo que, como dice Don Vicente, volvimos al patio del cole en tropel, tan obstinadamente vivos, orgullosos supervivientes de tormentas, abordajes, hundimientos y naufragios. Fuimos una promoción más, que un buen día igual que llegamos nos tocó marchar y dejar los barquitos de papel en los pasillos para buscar, como en el cuento de Saramago, nuestra isla desconocida. Nosotros, los del 83, nos dio por volver y contar a nuestros queridos profesores qué es lo que la vida hizo de nosotros. Llegamos más o menos enteros, algunos con más cicatrices que otros pero pese a todo, ese día a nadie se le vio el roto. Lucimos felices, flamboyantes, rellenos de afectos de esos que uno fue dejando en un rincón a la que vivía y que con la carolina que nos hizo regresaron de golpe, con rostro y manos y piernas, con voces...y con ¡lágrimas! porque algunas se escaparon a traición, de puro sin querer, pero otras ya estaban programadas, llevaban años reclamando brotar ante el abrazo preciso.

Porque el tiempo es canalla, para qué mentir. Pero también bondadoso, claro que sí. A partes iguales ya que nadie como él para saber equilibrar en su justa medida. Es capaz de difuminar los dolores y las ausencias, nos devuelve alegrías y entusiasmos después de los baches, entierra las punzadas de dolor al recordar a los que marcharon y nos deja mirar atrás con añoranza -cierto- pero con la nostalgia dulce y templada de quien evoca la esencia de lo genial, lo intenso. Lo positivo al fin y al cabo pero despojado de los arañazos y negriblancos de cuando acontecieron. Ese puntico traidor que nos hace pensar que todo lo vivido fue mejor y se enfrenta con heroicidad al asqueroso sabor de lo ordinario y vulgar, el olor a sobaco en un metro o la pestilencia de un besugo pasado de fecha y criado al sol que te intentaron colocar en un restaurante de playa con mucho ajo y mucho limón y que te tocó cantarle las cuarenta al descarado camarero que insistía el muy canalla asegurando que aquel pez no estaba pasado sino adobado pero que en nuestro paletismo urbano no sabíamos distinguir un palito pescanova de un boquerón... ese ajetreo mezquino que tantas veces nos ha despistado de lo intenso e importante ¿No es verdad que ese puntico se nos pierde a veces en el día a día y vivimos para lamentar no haber vivido más y mejor sin besugos ni adobos ni palitos congelados?
Pues este reencuentro fue como recuperar en septiembre. Llegamos dispuestos a no perdernos nada, a saborearnos, a decirnos lo que se nos quedó en el tintero, a mirarnos con ojos tiernos... no teníamos ni idea que nos íbamos a echar tanto de menos así que ese día, supimos vivir intenso y así llevarnos treintaitantos años en el bolsillo. Y luego, el que se atreva, que nos quita lo baila'o. Yo regresé a muchos recuerdos, fui consciente como nunca que la adolescencia es cruel y despiadada pero también valiente y hermosa. Pero que si algo hay lindo en la madurez de la vida es volver a tener el corazón crudito como un quiceañero pero el alma templada de los cuarenta y muchos... o algo peor. Un grupo dispar, con mil caminos y mil colores. Como dice Don Vicente en su poema, una oportunidad preciosa de ir al cielo, tocarlo y luego regresar para contarlo.

Mi querido Profesor, he sabido por Moisés que el próximo martes presentará su nuevo libro: No se llora con la boca llena. Tomo nota y sigo su consejo. Yo, sin saberlo, esperé a que las flores estuvieran listas para ser rebozadas y fritas. Hay que esperar todo un año a que la flor esté plena y no comience a marchitarse. Ni antes ni después se pueden freír. Así que, ya que se han de comer en su momento exacto, intentaré guardar los pucheros y lágrimas para que con la boca llena solo se rebose felicidad. ¡Qué así sea! y cada cosa a su tiempo. Con mis mejores deseos, le conjuro a disfrutar de mucho éxito.


Ingredientes:
  • 150gr de harina
  • 2 huevos
  • 180ml de leche, vino blanco afrutado o cerveza
  • un poco de vainilla molida (o aroma)
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 8 flores de sauco
  • aceite para freir
Preparación:
Monta las claras de huevo con el azúcar y lo reservas. Haz una crema con el harina, las yemas, la leche y la vainilla molida. Pon a calentar una sartén con abundante aceite. Mezcla las claras montadas con la crema y en el último momento baña cada flor y la fríes en el aceite bien caliente. Puedes comerlas templadas o frías con azúcar glas por encima.


Miró al hombre de arriba abajo y le hizo la pregunta que al rey no se le había ocurrido, Sabes navegar, tienes carnet de navegación, a lo que el hombre respondió, Aprenderé en el mar. El capitán dijo, No te lo aconsejaría, capitán soy yo, y no me atrevo con cualquier barco, Dame entonces uno con el que pueda atreverme, no, uno de ésos no, dame un barco que yo respete y que pueda respetarme a mí, Ese lenguaje es de marinero, pero tú no eres marinero, Si tengo el lenguaje, es como si lo fuese.

El cuento de la isla desconocida , de Saramago

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18 comentarios

  1. ¡Que bonito! Yo no he perdido el contacto con las amigas más amigas de la infancia y gracias a Fb he recuperado a los que en la adolescencia tomaron otros rumbos.
    Las flores, eguro que riquísimas, estoy venga a ver recetas con flores se saúco estos días, pero no tengo ningún saúco localizado cerca.
    Besos.

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    1. Qué curioso que veas muchas flores de sauco cuando es algo que en nuestra cultura no está y en España es difícil encontrarlas. Pero nada como tener un barco y a la que uno encuentra su isla, descubrir de paso todo lo desconocido que nos apetece zampar:-)
      Un beso

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  2. Me encanta!!! Que entrada más bonita! Esas flores tienen que estar buenísimas!

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  3. Amiga, que entrada mas emocionante, cuantos sentimientos se retorcieron en mi corazón.
    Me encanta que hayas podido disfrutar de tan esperado reencuentro.
    Realmente sos maravillosa.
    Te abrazo con todas las fuerzas.
    Besotes y espero que podamos vernos las truchas prontito.

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    1. Vicky amor! muchas gracias! yo también te abrazo y que sepas que te echo mucho de menos. Tenemos que buscar la manera de volver a nuestro skype, media horita a la semana que no es mucho pedir a nuestra tropa, no? jajajaj! o sí? bueno, yo confío en que sí, que nos veremos las truchas muy pronto:-D
      Un besazo

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  4. Maite, gracias por la parte que me toca. Escribes como los ángeles. Pero como los ángeles en la tierra. Un matiz. Gracias por tus palabras. Y por tu receta. Me encanta el saúco, y ya había yo probado un brebaje de saúco en casa de unos amigos húngaros. Delicioso. Un beso grande, Maite, amor.

    Vicente Araguas

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    1. Mi querido Don Vicente, en esta ocasión, la parte que le toca en esta entrada es toda suya. Desde su poema hasta el azúcar glas que se espolvorea sobre las flores...y ese brebaje.. uhmmm... fantástico! Le llevé a Cristina Albert una botellita de concentrado y fui testigo de sus expresión al descubrir el sabor a flores:-)

      Y mi afición a las letras -no solo las cocino sino que también me las zampo- nació en el cole, en séptimo, cuando la Srta. Mari Carmen Belart se dio cuenta que tenía algo de dislexia y que confundía algunas letras y sílabas. Me puso en tratamiento: leer mucho y escribir a diario. Empecé leyendo a Agatha Christie, qué mejor manera de enganchar a una curiosa como yo. Y respecto a escribir, me dijo: cuenta tus cosas pero no te pares a pensar mucho en cómo se escribe. Por intuición, lo que mejor te suene. Al principio no lo conseguirás pero cuánto más leas, mejor escribirás...

      Y aquí sigo, adicta a las letras porque soy de esas personas que se lee la etiqueta de la mermelada en el desayuno. No lo puedo evitar.

      Así que, Don Vicente, muchas gracias por habernos proporcionado ese barco a cada uno. Unos más grandes y otros más chicos pero cada cual con un barco al que respetar y que nos respetara a nosotros mismo...

      Un beso enorme!

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  5. Qué bien escribes!!! Oye, no te has planteado escribir un libro??? :)
    Creo que me quedaré con las ganas de probar tu receta, ni idea tengo de dónde encontrar flores de saúco en Holanda, y miedo me da preguntar, que yo soy la que va siempre al mercado buscando "cosas raras" jajajaja
    besos

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  6. tengo ganas de probarlas! El otro día fuimos a un restaurante en dónde hacen buñuelos de saúco, bueníssimos! Estas tortas fritas tienen que ser un vicio!

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  7. Qué cosa más bonita esos encuentros con nuestro antiguos compañeros de camino, has descrito muy bellamente todo lo que allí ocurre. En cuanto a la receta de hoy, es de esas cosas que ciertamente me tocan las fibras más sensibles al abrirme las puertas de la nostalgia, el sauco sólo florecía en los jardines de mi infancia, ahora estoy demasiado lejos. Una receta sublime, sin duda. Gracias hermosa Mai

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  8. Qué bonito, como siemre :). Me encanta reservarme las primeras horas del día cuando los demás duermen para disfrutarte con tranquilidad mientras desayuno en calma.
    Yo soy una persona muy muy nostálgica pero he aprendido que no tiene por qué ser malo. Mirar al pasado con añoranza, aunque tenga su lado triste, es algo bonito y me siento feliz de poder recordar momentos alegres. Además, he aprendido a valorar más el presente a través de los recuerdos.
    Reencontrarse con los amigos y compañeros del cole y de la adolescencia tiene que ser una lluvia de emociones! Lo has transmitido muy bien.

    El saúco es otro producto que me encantaría tener a mano en España. Como sabes perfectamente, en centroeuropa es taaaan común! En Suiza se usa para mil cosas, aunque creo que nunca había visto una receta con flores fritas, tienen una pinta fabulosa.

    Un abrazo

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  9. Ayyyy!!
    Snif snif....
    Deja, deja... que yo no tengo la boca llena.

    Un beso, mi querida M.

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  10. Poco te puedo decir Maite, me has conmovido con esa disertacion sobre el paso del tiempo... Yo personalmente no encuentro las dichosas flores de sauco por ningun lado... y no hago mas que ver recetas con ellas. Encima yo soy de las que quiere probar todo lo nuevo y "culo veo, culo quiero"... al final las conseguiré, no se como ni cuando pero las conseguiré.

    Lo dicho me encanta leerte. La pena es que cuando acabas me dejas con ganas de mas. Bss preciosa.

    Viginia "sweet and sour"

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  11. Pero qué persona más bonita eres!!!

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  12. Pues creo que no es en estos momentos, el momento de leer este post :(
    Desde hace dos semanas que regrese de mi encuentro con mis amigos, amigos de esos años..de esos en los que teníamos el alma crudita (como tan bien expresas) estoy muy, pero muy "rota"...tal vez mi salto al vacío fue demasiado fuerte, tal vez no debí querer mirar hacia atrás, tal vez, tal vez...tantos tal veces...por un lado soy feliz, recuperé a gente a la que amo intensamente..por otro mi corazón está triste....demasiado para mi
    veo que tú también lo disfrutaste..de seguro que lo viviste con la intensidad que solo tú sabes dar...a que si????
    miles de cariños..adoré tu comentario...eres de esas personas por las que merece la pena tener un blog <3

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